Pese a tecnología, usuarios se niegan a desterrar el efectivo
Si Colombia logra que el uso de los medios de pago crezca al menos un 25 por ciento en el consumo de los hogares, su producto interno bruto (PIB) podría elevarse entre 1,77 y 2,89 por ciento, según cálculos de la industria financiera.
Y es que aunque el país lleva poco más de cinco años en una carrera tecnológica que les permitirá a los usuarios mejores servicios financieros, el uso de esas nuevas tecnologías (fintech) sigue siendo bajo, mientras que la preferencia por el efectivo se mantiene en el otro extremo de la balanza, al punto de que nueve de cada diez transacciones se hacen hoy en dinero contante y sonante, sin tener en cuenta los altos costos que esto acarrea.
Consumidores de 100 grandes ciudades del mundo, entre las que se incluye Bogotá, gastan hoy en promedio 32 horas al año haciendo pagos en efectivo, tiempo que podría ser solo de 24 horas si se utilizaran los medios electrónicos, lo que a su vez les permitiría ahorrar unos 126 millones de dólares por año, señala el estudio ‘Ciudades sin efectivo’, contratado por Visa a la firma Roubini ThoughtLab.
Consumidores de 100 grandes ciudades del mundo, entre las que se incluye Bogotá, gastan hoy en promedio 32 horas al año haciendo pagos en efectivo, tiempo que podría ser solo de 24 horas si se utilizaran los medios electrónicos, lo que a su vez les permitiría ahorrar unos 126 millones de dólares por año, señala el estudio ‘Ciudades sin efectivo’, contratado por Visa a la firma Roubini ThoughtLab.
En este se advierte que, una ciudad como Bogotá, que está centrada en el efectivo, podría obtener beneficios por 4.256 millones de dólares al año –casi el valor de la primera línea del metro–, un aumento de 9 puntos porcentuales del PIB, y se podrían generar 91.400 empleos si la gente optara más por los pagos electrónicos.
El problema, para algunos expertos consultados, es que la gente sigue muy apegada al efectivo por cuestiones culturales, de seguridad, impositivos y falta de educación financiera, lo que hace difícil reducir ese uso al 8,5 por ciento, como lo pretende el Gobierno este año, desde el 12 por ciento actual.
Margarita Ramírez, gerente de Medios de Pago y Canales Electrónicos del Banco AV Villas, dice que Colombia se mantiene a la vanguardia en desarrollos de aplicaciones y dispositivos para que las personas puedan hacer cada vez más transacciones electrónicas, pero que para que los ecosistemas de pagos cumplan con su objetivo se requiere que todos los actores que los integran, redes, entidades, gobierno, usuarios y comercios, estén conectados.
El problema, para algunos expertos consultados, es que la gente sigue muy apegada al efectivo por cuestiones culturales, de seguridad, impositivos y falta de educación financiera, lo que hace difícil reducir ese uso al 8,5 por ciento, como lo pretende el Gobierno este año, desde el 12 por ciento actual.
Margarita Ramírez, gerente de Medios de Pago y Canales Electrónicos del Banco AV Villas, dice que Colombia se mantiene a la vanguardia en desarrollos de aplicaciones y dispositivos para que las personas puedan hacer cada vez más transacciones electrónicas, pero que para que los ecosistemas de pagos cumplan con su objetivo se requiere que todos los actores que los integran, redes, entidades, gobierno, usuarios y comercios, estén conectados.
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